Corullón se recuesta sobre la falda de una colina, con el río Burbia corriendo a sus pies entre un paisaje dominado por prados, sotos de castaños y cerezos. Una zona protegida y soleada que ha sido poblada desde la antigüedad, como muestran sus numerosos castros, aunque las primeras referencias se deben a la presencia de varios monasterios como el de Santa Marina de Valverde y el de San Martín. Junto a estos monasterios, Corullón mantiene una importante población realenga, que se organiza en torno a las parroquias de San Miguel, San Estaban y San pedro.
La iglesia románica de San Miguel fue declarada Bien de interés Cultural en 1931. Es un edificio de una sola nave que se cree pudo haberse construido en el sigo XII. En su fachada y encima del tímpano liso, se encuentran tres llamativos arcos ciegos con objetivo exclusivamente ornamental. Los canecillos del tejado representan distintos animales y escenas de la vida cotidiana.
Al otro extremo del pueblo se encuentra la iglesia de San Esteban donde una lápida incrustada en la pared norte nos orienta sobre su fecha de construcción hacia el 1100. Es de planta rectangular y está orientada de este a oeste. Merecen mención especial los canecillos del alero norte y sur, con representaciones antropomórficas de animales, personajes de la vida cotidiana y escenas indecorosas.
